Guía
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Mi increíble viaje a Palawan, la mejor isla de Filipinas
Después de meses planeando el viaje perfecto, finalmente llegó el día de visitar Palawan, conocida como "la última frontera" de Filipinas. Estaba emocionado por descubrir este paraíso tropical del archipiélago filipino.
Mi aventura comenzó en Puerto Princesa, la capital de la provincia. Al llegar, rápidamente me dirigí al Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Allí abordé un pequeño bote para recorrer el impresionante río que serpentea a través de una cueva de piedra caliza. Fue mágico ver las formaciones rocosas iluminadas mientras navegábamos.
También hice un tour de avistamiento de ballenas y delfines en Honda Bay, donde pude nadar con estas majestuosas criaturas. Las aguas cristalinas y la arena blanca de esta bahía son espectaculares.
Mi siguiente parada fue El Nido, conocido por sus impresionantes tours de island hopping. Navegué hacia las idílicas Laguna Grande y Laguna Pequeña, rodeadas de acantilados de piedra caliza. Me sentí en el paraíso. También disfruté de un relajante día en la playa Nacpan, de arena blanca y cocoteros.
Luego continué hacia Coron, famosa por sus pecios de la Segunda Guerra Mundial. Allí hice snorkel para explorar los 13 naufragios japoneses sumergidos en sus aguas. Nadar sobre la historia fue una experiencia única. También me maravillé con el Lago Kayangan, considerado el lago más limpio de Filipinas.
Mi última parada fue San Vicente, hogar de Long Beach, la playa más larga del país. Caminar 14,7 km a lo largo de esta interminable franja de arena fue la manera perfecta de culminar mi aventura. También me relajé en la atmósfera del pueblo playero de Port Barton.
Después de meses planeando el viaje perfecto, finalmente llegó el día de visitar Palawan, conocida como "la última frontera" de Filipinas. Estaba emocionado por descubrir este paraíso tropical del archipiélago filipino.
Mi aventura comenzó en Puerto Princesa, la capital de la provincia. Al llegar, rápidamente me dirigí al Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Allí abordé un pequeño bote para recorrer el impresionante río que serpentea a través de una cueva de piedra caliza. Fue mágico ver las formaciones rocosas iluminadas mientras navegábamos.
También hice un tour de avistamiento de ballenas y delfines en Honda Bay, donde pude nadar con estas majestuosas criaturas. Las aguas cristalinas y la arena blanca de esta bahía son espectaculares.
Mi siguiente parada fue El Nido, conocido por sus impresionantes tours de island hopping. Navegué hacia las idílicas Laguna Grande y Laguna Pequeña, rodeadas de acantilados de piedra caliza. Me sentí en el paraíso. También disfruté de un relajante día en la playa Nacpan, de arena blanca y cocoteros.
Luego continué hacia Coron, famosa por sus pecios de la Segunda Guerra Mundial. Allí hice snorkel para explorar los 13 naufragios japoneses sumergidos en sus aguas. Nadar sobre la historia fue una experiencia única. También me maravillé con el Lago Kayangan, considerado el lago más limpio de Filipinas.
Mi última parada fue San Vicente, hogar de Long Beach, la playa más larga del país. Caminar 14,7 km a lo largo de esta interminable franja de arena fue la manera perfecta de culminar mi aventura. También me relajé en la atmósfera del pueblo playero de Port Barton.